Viendo comentarios radiales así como algunos posteos de líderes de opinión en redes sociales, queda claro que se ha establecido en un entorno bien grande de la opinión pública lo perniciosa que se ha vuelto la lógica de los matinales en Chile. Este contenido ha pasado a ser el más controversial a la hora de evaluar contenido televisivo en nuestro país.
Trazar una retrospectiva para analizar hasta donde estamos es una tarea no muy complicada. Hasta hace unos cinco años atrás, estos espacios eran reconocidos por ser misceláneos dirigidos sobre todo a las personas que se quedaban en casa durante las mañanas. Pero ya desde antes del estallido social se advertía un cambio de contenido hacia lo informativo, privilegiando las noticias de alto calibre así como el debate político apasionado. Los hechos transcurridos tras el 18 de octubre de 2019 sólo acentuaron este cariz, pasando a ser el espacio de debate público por antonomasia.
El problema es como se hace el debate y como se cubre la información. Los matinales privilegian la opinión por sobre la información, por lo que muchas veces el rol protagonico lo cumplen los conductores que a través de sus intervenciones manejan la agenda pública a través de sus percepciones. Más que la misma imagen o el detalle de los hechos lo que termina primando es la actitud de los conductores al momento de opinar. Esto ha hecho que se alcen como líderes de opinión personajes como Julio Cesar Rodríguez o José Antonio Neme, que además se adecuan muy rápidamente a la temperatura pública, si en 2019 eran adalides de la justicia y la razón y criticaban ampliamente la acción de la fierza publica, hoy son los principales exponentes de la solución efectista para nuestros problemas de seguridad pública.
Esto no quiere decir que todos los matinales hacen lo mismo, hay algunos que han vuelto a tener un contenido cercano al magazine, pero los años en que el género matinal concentró la mayor atención dentro de la industria televisiva no fueron en vano, y hoy se han vuelto en el ejemplo de lo que no hay que seguir haciendo en las pantallas, solo que este aviso parece no ser escuchado por algunos que mantienen la misma lógica que hace sólo pocos años tenía tanta aceptación del público.