Dentro de las redes sociales está instalada la idea de que “persona que salta de TVN a Mega termina mal”. Así sucedió por ejemplo con Karen Doggenweiler que ya no oculta su incomodidad frente a los arrebatos de José Antonio Neme, o también con Gustavo Huerta que debe estar arrepentido de perderse los Juegos Panamericanos por cambiarse de canal.
Sin embargo, quien hoy también ve como cae su imagen en televisión es el periodista Gonzalo Ramírez.
El periodista había comenzado en el canal estatal siendo muy joven como uno de los noteros de “Buenos días a todos”, y dentro de la estación también hizo labores en prensa y volvió a conducir el espacio en sus últimos años junto a Carolina Escobar, siendo ambos aclamados por el público. Su talento en la animación lo hizo ser sindicado como “el nuevo Camiroaga”, por su llegada con el público como por su larga amistad con el fallecido conductor.
Pero desde que tomó la decisión de mudarse televisivamente desde Bellavista hasta Vicuña Mackenna que su imagen ha decaido, mimetizándose con el ambiente polemista que el area de prensa de Gianfranco Dazzarolla (otro ex “BDAT”) le imprime al canal, transformándolo siempre en blanco de fuertes críticas de la patria tevita.
Fue en septiembre de 2023 cuando en relación a la detención del cantante urbano Cris MJ, dedicó a balbucear contra Chile al aire dentro de “Mucho Gusto”. “¡Este país no era tan penca, este país lo echaron a perder! La educación pública se la pitearon… se la pitearon, basta de tonteras”, expresó a Neme.
“Todos sabemos quiénes son y resulta que hoy me pregunto: todos los que andaban con la bandera de ‘educación mejor’ y la cuestión… ¿Cómo está la educación pública? Está súper linda”, señaló en aquella oportunidad.
Otra de las críticas destempladas de Ramírez fue cuando fue el escándalo de las pensiones de gracia. En dicha oportunidad señaló que “acá no toda la culpa la tiene una persona, los gobiernos trabajan con un equipo bien contundente, les pagan bien y bueno, a los que no hicieron la pega que los echen”.
También durante los temporales, emplazó al delegado presidencial del Maule diciendo: “Estamos los dos aquí parados, no hay ni un bote inflable. Los bomberos son voluntarios, pero yo no veo a nadie del Estado ahora, son las 9:30 de la mañana, yo sé que estuvieron anoche, pero uno esperaría que cuando haya luz estén todos desplegados”.
La última de esa comedia de errores fue cuando cuestionó la alarma SAE. “Te agarra el teléfono y tú ni siquiera puedes llamar a tus familiares, porque te toma el teléfono y como que te lo captura, y a la gente se le quema el teléfono… entonces ¿de qué sirve si el incendio se ve a kilómetros? ¿Tendremos que hacer un método de alerta distinto?”, comentó ganándose el repudio de las redes.
Una tremenda caida de credibilidad
Esta seguidilla de escándalos que ha protagonizado Ramírez viene en consonancia con datos de la encuesta Cadem sobre rostros que sencillamente no le favorece. Su imagen positiva cayó trece puntos, de 76% a 63% con respecto al año pasado.
Dentro del ambiente se cuenta que quien iba camino a ser el nuevo Camiroaga terminó convertido en otro “Sepu” más: No sabe escuchar opiniones distintas, es llevado a sus ideas (como gran parte de prensa en Mega), sigue las ordenes o los libretos de Dazzarolla de culpar al Gobierno hasta de lo más minúsculo que sea y hasta balbucea a sus críticos.
Por ejemplo en septiembre de 2023 había informado en su noticiero matinal que el hijo del cónsul en Barcelona había sido puesto en el gobierno de Boric, sin embargo fue puesto en febrero de 2022, aún con el difunto Piñera en el mando.
La respuesta de Ramírez fue bastante violenta para con quien hizo la precisión: “Ya hice la corrección. En pantalla. Me equivoqué. Ud. No? Todo el derecho a que no le guste mi trabajo. En su mano tiene un remoto. Con botones. Cambie canal. Saludos”. El mismo tono con el que Neme y “Sepu” han mandado a ver Netflix a quienes cuestionan su manera de hacer televisión.