Han sido dos semanas extremadamente difíciles para “Mucho Gusto”, en donde el matinal de Mega reafirmó su vocación de ir a toda por el sensacionalismo puro y duro, por resultados a corto plazo pero sin mediar las consecuencias al largo.
La semana pasada fue bastante cuestionada la manera en que el espacio matutino del canal de Vicuña Mackenna hizo eco del cuerpo encontrado en un basurero de Ñuñoa. Tanto José Antonio Neme como Gonzalo Ramírez especularon, sin probar lo que ellos mismos decían, que se trataba del crimen organizado.
Cuando al día siguiente se supo que era parte de un pacto de la muerte entre monjitas que no eran tan monjas, no hubo ni rectificatoria ni pegadas en el pecho. Más bien, una bravuconada de parte del exconductor de “Buenos días a todos” hacia los televidentes que reprocharon su labor. Incluso la mañana del lunes de esta semana (15), Nicolás Copano en su programa de Radio La Clave cuestionó al rostro.
“Gonzalo Ramírez, para variar, empezó a exagerar… empezó a decir el tema de Los Trinitarios, y todo eso en la pantalla, que está caliente” dijo ante los micrófonos de la 92.9 FM de Santiago.
“Todo bien, Ramírez, pero deja de ser tan irresponsable, no puedes jugar a ser un tipo que se emociona como un tonto, como un niño tonto, cada vez que sucede un incidente, empieza a teorizar (…) Me tiene harto. Y todas las semanas es lo mismo. Ramírez, te pagan demasiado para ser tan tonto”, señaló el comunicador.
Lo cierto es que el 9.1 quiso salir al rescate de ambos y nuevamente hizo una práctica habitual cuando “Mucho Gusto” entra en la polémica: Vender el liderazgo tanto de su “Megamañana” como de su franja matinal.
Puede que lideren en algunos días, pero eso no significa que estén haciendo las cosas bien, como ha sucedido una vez más esta semana en el contexto del abordaje sobreexagerado de las fiscalizaciones a las barberías en determinadas comunas. En Puente Alto, un transeunte le reclamó a Karim Butte sobre la nula cobertura a la evolución del Caso Hermosilla. Lo que recibió de vuelta este ciudadano fueron burlas de parte de Neme y Ramírez, diciendo en tono de chiste si el abogado se afeitaba en alguno de esos lugares.
Algo habitual por cierto dentro del programa, en donde el mismo Neme mandó a los detractores de su estilo a ver Netflix y a cambiar de canal, mientras a fines del año pasado se burló de los que lo cuestionaban por endulcorar los casos de corrupción política en los que la derecha ha estado envuelto.
Un reclamo válido
Lo cierto es que el puentealtino se quedó corto con su diagnóstico: No solo han obviado lo que ocurre en esta arista, sino que también el escándalo de gastos de traslación que salpicaron al diputado republicano Cristobal Urruticoechea, en la cual el mismo parlamentario que injustamente fue uno de los beneficiados en la polémica elección de 2021 optó por renunciar a la colectividad en vez de su escaño.
Lo mismo ocurrió con el pedido de desafuero a Mauricio Ojeda, también republicano, por su implicancia en el Caso Fundaciones. No hubo ningún minuto de su más que extenso tiempo para referirse a este tema, como sí se desplegó la imagen de Catalina Pérez acompañado de juicios de valor de parte de Neme.
Los televidentes de “Mucho Gusto” no se enteraron de ambos temas, pero sí de su inentendible fetiche por la crónica roja, que devino entre robos con armas de guerra en Maipú, hasta los ambulantes en sectores de Recoleta. Ningún espacio para la crítica, la ecuanimidad, la pluralidad y la libertad de prensa que es elemental en todo medio de comunicación, incluso si es de oposición.