Es una pregunta que quisiera hacerle a usted, estimado lector, como las que se hacen cotidianamente si es que alguien se sacara algún juego de azar. Desde luego, en lo mío propio, lo primero será pagar ciertas deudas para luego hacer cosas para invertir en este portal y, quien sabe, pegarme un viaje por algún rincón del país. Una cosita poca.
Todos tenemos sueños que realizar con esta cifra estratosférica. Sin embargo, para Chilevisión les pareció prudente que en medio de una crisis económica sin fin dentro de la industria, estén sencillamente “invirtiendo” (las comillas son bien poderosas reflejando las prioridades de nuestros ejecutivos) en figuras de la cuestionada farándula que hoy busca volver.
Según varios portales que usamos habitualmente como fuente como es el caso de Página 7, el canal de Paramount está ofreciendo 12 millones de pesos a Camila Andrade para contar “su verdad” respecto al affaire que tuvo con Francisco Kaminski. La cifra, según entendidos de la industria, es superior a la que recibieron por ir a ese mismo programa el mismo presentador, Carla Jara y Daniela Aránguiz: 9 millones de pesos. En total, se te fueron 39 palos.
La crítica que formulo viene en que estas cifras estratosféricas vienen en un momento en que la señal que nuevamente está en proceso de venta está enfrentando un complicado momento financiero, uno de los motivos para que se deshagan después de dos años de haberlo adquirido. Y además, dicha cifra es una pésima señal y un retroceso al triste tiempo de la “lluvia de millones” que había durante el momento de mayor poder del farandulismo.
Tomemos en cuenta también que estuvieron en el último mes tres cantantes famosisimos dentro de las FM locales: La española Ana Mena, la mexicana Danna y el inglés Louis Tomlinson. Sí, el mismo de One Direction. Y la tele optó en esas mismas semanas en hacer un negocio pésimo con la infidelidad de tres personajes. Y más allá de que empatizamos desde luego con Carla Jara, eso no quita que la cifra que recibió es demasiado exagerada en el contexto actual.
Esta es la televisión de la crisis, que no destierra sus fantasmas y lo que es peor: Quiere volver a abrazarlos. No tienen idea que ese “Gasparin” tiene sus armas bien afiladas y puede dejar otra hemorragia financiera, peor que la de 2014.