La pasada Teletón trajo momentos de toda índole, pero por lo general se rescatan momentos en que se visibilizó bastante bien como la televisión tradicional se refugia en sus viejos estandartes, mientras que los generadores de contenido surgidos desde internet son capaces de levantar, paso a paso, una campaña paralela exitosa.
A falta de contenido juvenil y de humor en las pantallas chilenas, la programación dedicada a estos contenidos fueron entregadas a espacios ya cancelados. El toque de humor estuvo centrado en el regreso de “El Muro”, el segmento que fue el pivote de Morandé con Compañía en la década del 2010, haciendo su característico humor combinando picardía con contingencia (aparición de Luis Hermosilla de por medio), mientras que el otro revival de la madrugada de sábado fue el regreso del axé mediante algunos de sus más famosos exponentes, además, parte de las dinámicas más famosas de Mekano se dieron cita en la velada. Como hemos dicho anteriormente, la televisión ha pretendido olvidarse de la última década y mantener viva la última década en que la pantalla chica tuvo amplio dominio, los 2000.
A paso lento, pero firme, la Digitón se ha consagrado como un espacio paralelo para abarcar a los nuevos rostros surgidos desde el mundo digital. Personajes de ya basta experiencia como Ignacia Antonia, ICata y Dylantero sin Imaginación fueron algunos de los pivotes en la transmisión que se transmitió en diferentes plataformas de internet. Incluso, algunos momentos terminaron dentro del anecdotario público como es el caso del partido de corpóreos del sábado en la tarde que llamó mucho la atención. La Digitón ya se ha ido estableciendo como un espacio propio en que las nuevas generaciones pueden identificarse con la Teletón, sin dudas que esta será en un mediano plazo, un instrumento fundamental de la campaña.
Queda claro que la televisión se ha enquistado en su exitoso pasado y la delegado el futuro a los generadores de contenidos virtuales, y que los pocos intentos de querer revertir la situación no les ha funcionado. Se ha querido vincular a los hijos de los animadores para enganchar con el público joven, pero simplemente no hay acogida, el mejor ejemplo fue la cancelación del espacio dedicado a la “lucha de generaciones” protagonizada entre los comunicadores y sus hijos durante la tarde del sábado.
¿Quiere decir que la decisión de mantenerse en el pasado es anacrónica? No necesariamente, estamos viviendo una especie de renacer de la década del dos mil, y no es precisamente el público de esas generaciones las que las están aprovechando. El axé se ha vuelto a escuchar en las coreografías de los colegios, mientras que no solo adultos están pidiendo el regreso de “Detrás del Muro”. Si la televisión aprovecha bien este momento, no solo las pasadas generaciones lo agradecerán, sino también podrían ser capaces de atraer al tan reticente público joven.