El capítulo del miércoles (27) del reality show de Canal 13, “Palabra de Honor”, estuvo marcado por otra pelea entre Faloon Larraguibel, Gala Caldirola y Oriana Marzoli.
En medio de una dinámica organizada por el Sargento Fox, un comentario aparentemente inofensivo de la conductora desató un enfrentamiento que dejó en evidencia la tensa relación entre las participantes.
El conflicto inició cuando la farandulera española mostró reticencia a despeinarse tras haberse arreglado recientemente, lo que provocó una crítica de Larraguibel: “Qué gran problema. Hay problemas más grandes que estropearte tu peinadito”. Este comentario bastó para encender los ánimos, con Gala y Oriana atacando verbalmente a Faloon.
La primera la acusó de ser “envidiosa”, mientras la segunda señaló que la chilena era una “muchacha infeliz”. Sin embargo, la discusión escaló cuando Marzoli hizo alusiones personales completamente innecesarias a la vida amorosa de la también bailarina, mencionando su pasada relación con Karol Lucero y lanzando comentarios ofensivos sobre su situación sentimental.
“Cuando le robaste Karol Dance a Arenita sí necesitabas hombres, ¡robahombres!”, fue lo que le dijo la ibérica. Faloon, por su parte, respondió defendiendo su independencia: “Yo no necesito un hombre para estar aquí”.
Otra vez denigrada
A lo largo del enfrentamiento, Larraguibel también recibió fuertes críticas de la chica reality sobre su participación en plataformas de contenido para adultos, un tema que anteriormente había sido motivo de burla pública por parte del periodista Sergio Rojas. “Deberías dar gracias a la vida por tus fotos de desnudos que haces”, le dijo la polemista europea. Dichos comentarios han sido señalados por espectadores como una constante denigración hacia la chilena, quien ha tenido que enfrentar ataques personales recurrentes en el programa.
El acoso y las humillaciones hacia Faloon en “Palabra de Honor” reflejan un patrón que preocupa a sus seguidores, quienes consideran que la producción no hace lo suficiente para garantizar un ambiente de respeto entre los concursantes. Este último episodio ha reabierto el debate sobre los límites de los reality shows y la responsabilidad de los canales en promover un contenido que no fomente la violencia verbal ni los ataques personales.