El regreso de “Primer Plano” a las pantallas de Chilevisión ha estado marcado por la controversia. En su afán de revivir el espíritu del programa farandulero, la producción ha puesto el foco en figuras que, si bien generan interés mediático, no siempre representan los valores que la sociedad chilena debiera promover.
Un claro ejemplo de esto se dio en la reciente emisión del programa, donde un polémico GC (Generador de Caracteres) calificó a Naya Fácil, una conocida influencer, como “una historia de esfuerzo y superación”. El problema radica en que dicha figura se ha hecho conocida este año principalmente por protagonizar escándalos y polémicas en redes sociales.
Si bien es cierto que realizó una loable acción al donar dinero a los damnificados por los incendios en Viña del Mar, e incluso fue nombrada embajadora del Festival (hecho que también generó críticas), no se puede obviar su historial reciente. Recordemos que la influencer fue anunciada como participante del reality “Ganar o servir” de Canal 13, pero se retiró tras verse envuelta en un nuevo escándalo.
El punto de conflicto entre la farándula y el talento
Este tipo de situaciones plantea una pregunta fundamental: ¿qué valores está promoviendo la televisión chilena? El polémico zócalo de “Primer Plano” resulta un insulto para todas aquellas personas que buscan destacarse en el mundo del espectáculo a través del talento, el esfuerzo y la dedicación.
Esas personas que día a día trabajan por construir una carrera sólida, basada en el mérito y no en la polémica fácil, deben sentirse profundamente decepcionadas al ver cómo la industria televisiva insiste en premiar los antivalores.
Es importante destacar que esta estrategia de “Primer Plano” ni siquiera cuenta con el respaldo de la audiencia. El programa promedió apenas 9.9 puntos de rating, según Kantar Ibope Media, lo que demuestra que el público chileno está cansado de este tipo de contenidos.
La televisión tiene una responsabilidad social que no puede ser ignorada. En lugar de enfocarse en la polémica y el escándalo, debería promover valores positivos y mostrar ejemplos de personas que realmente inspiren a la sociedad. Es hora de que la televisión chilena deje de premiar la frivolidad y apueste por el talento, el esfuerzo y la superación
En resumen, la polémica generada por “Primer Plano” abre un debate necesario sobre los valores que se promueven en la televisión chilena. Es hora de que la industria reflexione sobre su rol en la sociedad y apueste por contenidos que realmente inspiren y contribuyan a un futuro mejor.