Zona Latina, que derivó de un canal de música a uno farandulero con los riesgos que esto conllevó, se encuentra atravesando una profunda crisis tras los recientes conflictos entre sus panelistas.
La tensión, que ya venía en aumento, estalló esta semana con peleas en vivo y discusiones fuera del set, que ponen en jaque la continuidad de la exmodelo y el futuro de la farándula en la televisión chilena.
Durante la semana pasada, las faranduleras Claudia Schmidt y Adriana Barrientos protagonizaron un tenso enfrentamiento en vivo. La discusión, que escaló rápidamente a los gritos, comenzó cuando Barrientos interrumpió a Schmidt para imponer su turno de hablar.
“Adriana estoy hablando, es mi momento, después haces tus descargos”, dijo la exchica Morandé, pero Barrientos elevó el tono con prepotencia diciendo que “a mi tú no me vas a hacer callar”.
La uruguaya, visiblemente molesta, abandonó el estudio en medio de la transmisión. Según TiempoX, la también exmodelo de TVN renunció al canal e interpondrá una demanda contra la panelista.
Cabe recordar que Barrientos, en 2021 justificó el bullying a Nicole Moreno; mientras que Schmidt deseó el fracaso de Luis Slimming en Viña del Mar, no es ajena a la controversia.
Fuera de las luces, también hay peleas
Pero el conflicto no se limitó al estudio. Adriana Barrientos también tuvo un álgido enfrentamiento con Sergio Rojas a las afueras del canal, en Chucre Manzur 15, Providencia.
En el estacionamiento de la programadora TVI Filmocentro (dueña de Zona Latina), la farandulera gritó diciendo que “no quiero seguir escuchando ordinarieces. No quiero seguir escuchando a este roto”.
Rojas, en una actitud reprobable, denigró a Barrientos por su participación en una plataforma para adultos. “Todo lo que yo me he ganado ha sido profesionalmente, no vendiendo pornografía con el ‘ah, ah’. Si tú tienes algo que decirme, dímelo en la cara. Si usted tan señorita es, dímelo en la cara”, le increpó, subiendo el tono del ya caldeado ambiente.
¿Valió la pena el regreso de la farándula?
Estos incidentes no solo han generado un clima de tensión insostenible en Zona Latina, sino que han reavivado el debate sobre la validez y la calidad de la farándula como género televisivo.
Sus defensores argumentan que este tipo de programas aportan entretenimiento y distensión en una televisión dominada por noticias de delincuencia y política. Sin embargo, estos escándalos solo sirven para alimentar las críticas y el descrédito hacia la industria, generando una imagen de superficialidad, conflicto y falta de profesionalismo que se refleja en las encuestas de opinión pública.
El futuro de los programas de Zona Latina y sus panelistas es incierto. Lo que sí es seguro es que estos acontecimientos dejan en evidencia la fragilidad de un género que, lejos de “elevar la entretención”, se ha convertido en un escenario de disputas personales y ataques que solo contribuyen a deteriorar la imagen de la televisión chilena.