La farándula que volvió para -supuestamente- hacer frente a la violencia de los matinales, le ha dado varios dolores de cabeza a los analistas y sobre todo al Consejo Nacional de Televisión (CNTV), en cuyas denuncias de enero tuvo un factor común: Daniela Aránguiz.
La farandulera fue la gran protagonista de los denunciantes ante la plataforma del ente rector de la industria televisiva. Por ejemplo, 98 denuncias recibidas vienen por la emisión del programa “Only Fama” (Mega) del pasado 10 de enero, en el que “cuestiona la integridad y veracidad de las víctimas de violencia sexual, particularmente del caso Monsalve”.
“Daña su dignidad y salud mental, denigrándolas con afirmaciones estereotipadas y burlas, ridiculizándolas, lo que revictimiza a las víctimas de abuso sexual”, detalló el recuento.
Por otra parte, 80 reclamos vienen por el acoso laboral televisado que ejerció la misma mediática contra María Paz Arancibia, a quien “la trata de forma violenta delante del resto de compañeros, quienes se quedaron en silencio. Falta a la ética”, expresa el sitio web.
Finalmente, el grosero gesto que Aránguiz realizó mientras se hablaba de Maite Orsini ocupó la sexta y última posición, con 60 denuncias. “Mientras otros panelistas hablaban de dicha diputada, realiza gesto sexual explícito (sexo oral), obsceno y vulgar”, se resume.
¿Qué tiene que hacer el CNTV con este caso de Daniela Aránguiz?
El CNTV ahora debe analizar estos casos en los que la farandulera, a juicio de los denunciantes, claramente ha causado un grave perjuicio a la calidad de nuestra televisión. En consecuencia, en las futuras sesiones, debe resolver si formula cargos contra los canales de televisión, en este caso Mega y TV+.
Una vez que ambas estaciones hagan sus descargos, se debe resolver si se aplica multa por la televisación de estas actitudes que le hacen un flaco favor a nuestra pequeña pantalla.