Mañana viernes (21) se realizará la Gala del Festival de Viña del Mar en el Valparaíso Sporting Club en la Ciudad Jardín. No cabe duda que desde el inicio de su televisación por parte de Chilevisión, dicho evento que da inicio a la vorágine festivalera es un espectáculo aparte. Amado por quienes buscan entretenimiento liviano de sangre, pero odiado por toda la ostentación que alguna vez tuvo, y que se enalteció con las llamadas “Shoescam” y “Manicam”.
De hecho Mega lanzó un programa llamado “Sangre, sudor y gala”, en el que bajo la conducción de María José Quintanilla, muestra la preparación de determinadas figuras para la cita. Desde gente respetable como Emilia Dides, hasta figuras cuestionadas por sus nexos oscuros como Oriana Marzoli y “la abogada de los narcos” Helhue Sukni.
La crítica que se hace a menudo a este evento es que muchas veces no va gente ligada a la música, sino que a los determinados canales y a gente del buen o mal entretenimiento. Para quienes formulan estos cuestionamientos, no tiene sentido llevar a una estrella de reality shows al lanzamiento de un evento musical.
Si hacemos una comparativa, guardando las distancias por supuesto, es como llevar a una mediática norteamericana de realities de MTV a un evento como los Grammys. O llevar a la abogada del Cartel de Sinaloa a la alfombra de los Premios Lo Nuestro.
Sin embargo, hace treinta años, todo era muy distinto. Diametralmente distinto. Sobre todo si se pretendía “salir al mundo, en alas del Festival”.
Invitados de lujo en la Gala de Viña 1995
Megavisión en asociación con Televisa se aprontaban a realizar su segundo evento juntos. El 7 de febrero de 1995, un día antes de la primera noche, se realiza la gala que inicialmente era una cena, también en el recinto equino. Y la totalidad de sus 400 invitados eran cuidadosamente seleccionados: Tenían que ver con la organización, con el canal 9 o Televisa, o con el mismo Festival.
Por lo mismo fueron figuras como el actor Eduardo Palomo, la cantante Alejandra Guzmán, la animadora Teresa Calandria, la ex “Garibaldi” Patricia Manterola, el grupo Los Pericos, la show-woman colombiana Sofía Vergara, la animadora infantil peruana Karina Rivera, el cantante nacional Keko Yungue y la uruguaya María Victoria Bone, Miss Verano Viña Internacional de ese año. Y obviamente quienes debían estar: Jorge Santibáñez, alcalde de Viña en ese entonces; Antonio Vodanovic, animador central del Festival; y Ricardo Claro Valdés, dueño de Megavisión.
No podían faltar rostros del canal de entonces como Julio Videla, Marilú Cuevas, Jaime Campusano, el lector de noticias Eduardo Palacios, Gladys del Río, Óscar Olavarría y Eli de Caso, esta última que tenía que afrontar el desafío de conducir “No te pierdas el Festival”.
La cena además fue amenizada por la penquista Banda San Andrés, que interpretaron canciones de cumbia, twists, rock and roll e incluso “New York, New York” de Frank Sinatra, según reportaba “La Antorcha”, el clásico suplemento festivalero de La Estrella de Valparaíso.
Entonces la industria televisiva gozaba de glamour, prestigio, alta sintonía y grandes avisadores. Algo muy opuesto a la actualidad, con una audiencia, contenido y avisaje que no mejora en favor de las plataformas digitales.