No es de hoy, ni de ayer que TV+ ha hecho de todo por blanquear a Daniela Aránguiz y llevar a cabo una verdadera “misión imposible” para hacer que le caiga bien al gran público. Hace algunas semanas en “Sígueme” le tuvieron que meter una imitadora para intentar hacer pasarla como alguien graciosa.
Del mismo modo, en el canal de Avenida Kennedy han intentado endulcorar los insultos que lanza contra el mundo, los mismos que han sido cuestionados incluso dentro de la misma farándula, la cual acrecienta aun más su desprestigio.
Recordemos que Aránguiz dijo -sin pruebas- que Antonella Ríos hacía canje con favores sexuales en un hotel, algo que la misma actriz desmintió. No obstante, la primera no rectificó, sino que agrandó innecesariamente una guerra que no hace más que subir las objeciones que se tiene sobre la industria y sobre el mismo programa.
Un nuevo arrebato de Daniela Aránguiz: TV+ blanquea, pero las redes no perdonan
“¡Se encendió la polémica en Sígueme! Es que la guerra entre Daniela Aránguiz y Antonella Ríos no acaba y siguen lanzándose de todo: Daniela le respondió punto por punto a la actriz, repasando cada declaración sin pelos en la lengua”. Así reza un video publicado por TV+ en donde destacan como virtud los insultos de la farandulera.
Lo cierto es que parte de lo que dijo, según transcribe Página 7, fue: “Me causó mucho ruido que me dijo exhibicionista, pero le quiero decir a la señora Antonella, que mi ‘periquita’ no está en todos los chats de hombres, como la tuya”. Exacto, denigró a su congénero por haber sido parte de una plataforma para adultos. Además de burlarse de sus partes íntimas en un programa que, recordemos, se emite en horario de protección al menor.
Sin embargo, en los comentarios no dejan pasar la violencia que ejerce. En Facebook, varios usuarios mencionan su falta de estudios y su pobre vocabulario. Se le describe como “inmadura”, “envidiosa”, “descalificadora”, “siempre denigrando a las mujeres”, “siempre pelea por hombres descalificando a mujeres”, “le gusta sacar partidos de la situación”, “habla sin entender nada”, entre otras críticas.
¿Se sostiene su presencia en la televisión?
Muchos comentarios expresan el deseo de que Daniela Aránguiz sea retirada de la pantalla, y al mismo tiempo, se cuestiona a la estación de Vitacura por seguir manteniéndola al aire, a pesar de que su imagen genera un fuerte rechazo. Del mismo modo, varios de los mismos aseguran que “no es referente para nadie” y que “es un peligro para el programa”.
Unos cuantos, además, cuestionan también la inacción de sus compañeros de panel que avalan todos los insultos de la ex “Mekano”. También relacionan la baja sintonía y nulo rendimiento comercial de “Sígueme” con Aránguiz y su permanencia en el ciclo, como también defienden a Antonella Ríos -que ni siquiera la insultó-.
¿Quién sale mejor parada?: La violencia en televisión es condenada por las redes
En resumen, el análisis de estos comentarios revela un fuerte rechazo hacia la figura de Daniela Aránguiz, con críticas centradas en su comportamiento, vocabulario, nivel educativo y su rol en la televisión.
La mayoría de los usuarios la perciben como vulgar, ordinaria y un mal ejemplo, pidiendo su salida de la pantalla. En contraste, Antonella Ríos recibe comentarios positivos y es vista como una persona con mejor imagen y educación.
La farándula es una odia a la violencia. Es casi la encarnación del fascismo en los medios de comunicación. Y Daniela, en este caso, vendría siendo el equivalente de una dictadora que tiene a sus compañeros bailando a su son, y a los sitios que replican los insultos y ataques suavizandolos con dulces eufemismos para ocultar lo obvio.
Lo cierto es que mientras la farandulera sigue gobernando de facto en los medios de comunicación y teniendo a un cuestionado género a su merced, un montón de artistas, cantantes y grupos de todos los géneros, siguen batallando contra la indiferencia de los grandes medios, teniendo como su gran soporte a las redes y los programas de streaming. Para que después el espectáculo de este país siga girando en torno a los mismos personajes antipáticos de siempre.