Otra vez Katy Perry es víctima de un bulo ampliamente difundido en las redes sociales, principalmente en X (ex Twitter) que actualmente se transformó en una “tierra de nadie”.
Durante esta semana varios usuarios e incluso medios de comunicación lanzaron un video en el que se ve a la cantante celebrando su cumpleaños y arrojando su pastel. Algo que hace todos los años y en todos los conciertos y giras donde ha celebrado sus vueltas al sol.
Sin embargo, el problema radicó en que un grupo no menor de personas levantaron un usuario falso en redes sociales diciendo que supuestamente era una fanática de la artista californiana, que salió a decir que su mamá lo había hecho y que se sintió decepcionada de ella. De hecho, en las notas de la comunidad sale que es una cuenta satírica. Algo así como “Cascadas Japón”.
Obviamente es un disparate de proporciones. No obstante, muchos portales de farándula estadounidenses e incluso latinos, y varios canales de la talla de C5N de Argentina replicaron este hecho como si fuese real. Sin ningún tipo de chequeo ni comprobación de que el testimonio sea efectivamente verídico. Solo con la motivación de dañar.

Todos estos hechos nos demuestran varias cosas. La primera: Cuando se trata de dañar la honra de Katy Perry, no importan los parámetros de ética, los factos ni nada. Solo el like, la reacción, las métricas. O sea, la lógica de la farándula chilena. Digo algo que no es real, me lo desmienten y parafraseando a Harold Mayne-Nicholls, me hago el larry.
“Que es sin llorar”, “no tiene por qué afectar tanto si es el precio de la fama”. Para empezar, Perry es sumamente sentimentalista en todos sus aspectos. Si algo le afecta o siente que la pasan a llevar, lo va a decir. Como cuando Wendy’s la insultó y su equipo comunicó que estaba muy triste por lo que le habían hecho.
Es cosa de ver que la empresa de Jeff Bezos realizó muchos viajes posterior al que hizo la artista. Pero claro, ahí nadie pegó el grito en el cielo. No hubo columnas rastreras ni lamentables artículos en medios que buscan el prestigio dañando a otros.
Lo segundo: La desinformación está instalada en un sector del fandom pop y no están listos para reconocer la poca honestidad de esas campañas de odio y boicot. Ya varios periodistas como “Mr. D” han reconocido que fueron pagados para hablar mal de los trabajos de Perry. Y eso repercute en la mente que se llena de pensamientos violentos contra una persona que no ha hecho, en absoluto, nada malo.
Pero a alguien que sí ha hecho los peores desastres con su vida, incluso lo hacen de presidente por segunda vez, dejando de lado a una persona capacitada y mucho más empática.
¿Entonces? No sean pasteles.
