El espectáculo chileno, y quienes cubren sus ires y devenires, cada día demuestran que carecen de elementos que generen contrapeso a los llamados “famosos de papel” que con nexos oscuros y declaraciones fuera de sí se llevan las portadas y los artículos, mientras los que sobran, los “postergados”, tienen que hacer campañas de crowfunding para surgir.
Autor: Roberto Caamaño
Es difícil para una persona que tiene que luchar por el bienestar de su mente, tener que hablar todos los días de cosas negativas o, mejor dicho, encontrarse con contenidos o gentes nocivas.
¿Podrá la televisión chilena asumir el enorme desafío de abandonar su zona de confort y contribuir a la reactivación, superando sus fantasmas y dependencias que la llevaron a la crisis?
El programa de reportajes sobre salud mental que estrenó CNN Chile es uno de los mejores -por lejos- de esta temporada, y a su vez, consagra a Paloma Ávila como una periodista con proyección.
La ferrea defensa que los dos programas faranduleros le hicieron a Helhue Sukni y el hostigamiento hacia Cami y su labor en “The Voice Chile” retratan la decadencia de un género televisivo que durante década y media tuvo a la industria a sus pies.
Tal como la industria de las series, convertida hoy en la principal fuente de ingresos de las televisiones, la televisión española se ha convertido en la tierra prometida para todo artista latino. Incluso más que México, Argentina o Miami, las actuaciones o apariciones de solistas y grupos ha obtenido una notable alza y han sido los momentos de mayor audiencia dentro de las estaciones.
Nosotros nos asumimos como un sitio sobre televisión y espectáculos, pero quizás nuestro mayor fuerte y a la vez el mayor propósito desde el día uno es construir y no destruir, incluir y no excluir, criticar y no atacar, impulsar y no estancar. Creemos que la pequeña pantalla debe sí o sí cumplir roles y no replegarse en su audiencia, sino que salir a buscar a los que se fueron incluso creando plataformas para tal fin.
Incluso quienes no son feligreses del pop o son reacios a la música comercial o mainstream, la historia tanto de Miriam Doblas como de Lola Índigo van a tocar la fibra de quien vea “La niña” en la plataforma de Jeff Bezos. Porque ambas son personas distintas, pero que confluyen en un lugar en común, que es el amor por la música y la retribución que recibe por parte de sus fans.
Acá tenemos un caso de un canal que no tiene nada que ofrecer y que, ante esto, termina cayendo en la ley del mínimo esfuerzo. Lo que vimos el sábado pasado fue una nueva muestra de un mal manejo que ha tenido el periodista, polemista de profesión, que quiso abanderizarse por causas sociales sin darle un ápice de coherencia a su fórmula programática.
Tanto el nuevo CNTV como el recien asumido presidente de Anatel deben tomar acciones concretas para subir el nivel de la televisión abierta tras la ola de sanciones impuestas por el organismo, las cuales son un reflejo de los excesos que cometen matinales y noticieros en horario de protección al menor.
Muchos aseguramos que el empobrecimiento de los contenidos y los privilegios maldistribuidos de temas en la TV local han hecho que los artistas nacionales y extranjeros queden relegados a un segundo plano, sin embargo, la propia industria musical chilena también comparte una cuota de responsabilidad.
En el Día de la Madre, tenemos nuevas interrogantes sobre la televisión de nuestro país y sus decisiones acertadas y erráticas…